Diario de abordo oposición, día 642.
Llega el verano. Y el calor y los estudiantes no se llevan bien. Quizá la fuerza de voluntad flaquea mientras todos tus amigos y familiares pasan las tardes en la piscina, en el campo, en una terraza con un buen refresco o un helado...
El opozulo se nos eleva a temperaturas del infierno y a veces ni el ventilador nos puede salvar. Lo que antes era momento de alegría, en una oposición, el verano es de lo peor del año.
Aún estamos al inicio del mismo y por suerte estoy animada.
Tengo fuerzas, sobretodo mentales y que la rutina no mate ni mine la moral. Quizá el cambio de armario, ver ropa nueva, pensar qué color de uñas llevar para esas pocas ocasiones en las que podemos salir del zulo, me anima.
En todo el camino de la oposición siempre se puede mejorar y cuando has llegado a tu punto y zona de confort, es el momento de aumentar el trabajo y volver al estres. Desde luego este trabajo nos enseña a arriesgar, a no quedarnos en la zona cómoda porque de esta manera nunca llegaremos a nuevas metas.
Me he propuesto llevar siempre, al menos, una media sonrisa. Tomarme con filosofía el tener que estar siempre y en cada momento en el escritorio como algo natural y sin agobios.
Y parece que de este modo, de momento, funciona.
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