El examen oral: experiencia.


Hola opocompis.

De nuevo os vengo a traer mi experiencia personal sobre otra parte de este largo camino que es opositar. Me gustaría transmitiros mis sensaciones y opiniones sobre el segundo examen de la oposición de LAJ: el temido oral. Además contestaré a algunas preguntas y dudas que me muchos me habéis dejado por Instagram.




Antes del examen: cuestiones básicas.

EL LUGAR.
El segundo examen de carácter oral en LAJ se realiza en Madrid, en el Tribunal Supremo y Tribunal Superior de Justicia. Para quien no seáis de Madrid, como es mi caso, recomendaría encarecidamente, siempre que vuestras circunstancias os lo permitan, ir un día antes del examen y hacer noche. Tanto en el primero como en este segundo te ayuda a ir más tranquilo ante posibles imprevistos. Recomiendo también ir antes al lugar del examen, ya sea en coche, en metro… para conocer el camino a seguir con tiempo y tranquilidad y que no nos pille todo de nuevas el mismo día del examen, sobre todo enfocando este consejo a los que os presentáis por primera vez.

EL TEMARIO, EL REPASO Y LA MENTALIDAD.
En las oposiciones y más en aquellas donde hay exámenes orales, hay que diferenciar entre los temas estudiados y los temas sabidos. Es decir, qué temas hemos estudiado, trabajado y que temas están dominados y prácticamente incrustados en nuestra mente (el famoso “estado de gracia”). Considero (esto es opinión personal) que un tema simplemente estudiado y no machacado hasta la saciedad, es un tema que realmente no me sé. Por mucho que sepa de que trate el tema y muchas veces que lo haya cantado de forma salteada ante mi preparadora.

Yo tenía estudiados 120 temas de 153 en total, no me dio tiempo a terminar la mitad de Procesal Civil. Pero solamente dominaba e iba segura en 1/3 de ese temario global. Como veis, a veces un buen estudio no implica un dominio efectivo en ese temario y ahí es donde yo veo la dificultad radical de esta clase de examen y por ende, de estudio.

Sabiendo tus circunstancias (ahí arriba han quedado constancia las mías) hay que llevar una filosofía acorde a ello, por mera salud mental. Al decir “llevar” hablamos de “dominio”. Si no llevas todo el temario, mentaliza que dependes de la suerte. Si llevas todo el temario, la suerte siempre puede ayudarte a que te salgan temas más sencillos de exponer pero sí debes confiar en un porcentaje brutal en tus capacidades y en tu trabajo.

Por último en cuanto al repaso, soy de esas personas que está totalmente en contra de repasar el mismo día del examen y el día antes tampoco cuando estamos hablando de 153 temas; el instituto era otra cosa.  Lo único que yo hice el día antes del examen (realmente dos ya que el anterior tuve que hacer el viaje a Madrid) fue repasarme los esquemas de los temas. Y cuando digo esquemas me refiero al esqueleto que nos ayudaría a hacer el esquema en el propio examen. En este apartado no os puedo dar mayores consejos u orientaciones porque considero que no llevaba una cantidad suficiente de temario como para aportaros buenos trucos.


Momentos antes del examen.

Al llegar al Tribunal en cuestión, el vigilante de seguridad te pregunta el nombre y te toma el DNI antes de dejarte pasar, en mi caso también a mi familia acompañante. Yo me examiné en el Tribunal 3 el cual se ubicaba en el Salón de Actos del Tribunal Superior de Justicia. Al pasar, había bastantes opositores esperando en unos sillones (conmigo éramos 5 personas). Había dos de ellos que tenían los apuntes con ellos y estaban repasando, cosa que me parece lo peor que se puede hacer, pero cada uno es cada uno. Cuando llegó el Tribunal, cada opositor se fue a la correspondiente zona; yo me quede en la misma ya que allí mismo estaba el salón de actos.

Al poco, llegó la auxiliar. La mujer nos pidió a la otra compañera y a mí que le entregáramos el DNI, del cual tomó nota y se quedó y nos hizo entrar a la sala. Nos la quiso enseñar para que no nos pillara de sopetón cuando fuéramos llamadas (gesto que se agradece una tonelada si es tu primera vez) y nos explicó todo el proceso además de resolvernos algunas dudas. Nos tranquilizó y sólo quedaba esperar a que se formara el Tribunal y empezaran a llamarnos.

El tiempo que estuve esperando, tuve la suerte de encontrarme con compañeros, opocompis, super agradables. Charlamos de cómo lo veíamos, de cuánto tiempo llevábamos, de donde éramos, etc. Quizá a otras personas les pueda molestar que minutos antes de que esté a punto de examinarse le hablen, pero a mí me calmó lo que no está escrito. Y me transmitió una sensación de comodidad y buena vibración el no vernos como contrincantes y enemigos, me resultó una experiencia muy cálida y que recordaré con cariño.


El Tribunal, los temas y los nervios.

Me llaman. Segundos antes no estaba casi nerviosa: iba con una buena filosofía, una correcta mentalización y la charla con mis compañeros también ayudó. Llevaba conmigo dos bolígrafos azules y el cronómetro ya encendido y a 0 (el DNI lo tiene el Tribunal). Al cruzar el umbral, si que los nervios se hicieron notar como es natural. El corazón acelerado, las piernas temblorosas y con calor, sentía las mejillas calientes aunque desconozco si estaba colorada.

La auxiliar me indicó que posara mis cosas en la mesa en la que expondría los temas. En ella había un vaso de plástico lleno de agua, bolígrafo, folios y el programa con el temario. Seguidamente, me acerqué a la mesa del Tribunal. Estaba tan nerviosa que sólo me dirigí y miré a aquella persona que me hablaba y ni me fijé en el resto. De hecho, ni sé que aspecto tenía la Secretaria…

La Secretaria, dirigiéndose a mí por mi nombre, me enseñó 3 bolsitas de tela, con diferentes estampados, y me explicó el procedimiento de extracción de los temas. Primero civil, segundo procesal civil y por último procesal penal. Era sumamente importante el orden de extracción y por lo tanto hay que sacar las bolas de una en una. Ah, y realmente son unas fichitas, como una especie de llavero redondo con números, planas y relativamente grandes.
Fui extrayendo de uno en uno los temas. Conforme saqué el  primero de civil, sabía que no alcanzaba a defenderme con él y recé por que el segundo si pudiera cantarlo. Posé la ficha en la mesa, delante de mí y de la Secretaria mientras ella iba diciendo el número de tema que salía en voz alta. Al segundo, cayó uno imposible. Y ahí fue cuando supe que tendría que retirarme, cayera lo que cayera en los procesales.

Creo que sonreí. No sé si de resignación o de alivio al saber que ya no me quedaba nada para salir de allí aunque desgraciadamente no pudiera cantar. Extraje los demás temas, de uno en uno y siendos repetidos en voz alta por la Secretaria. Al concluir, me tendió una hoja que otro miembro del Tribunal había rellenado y me pidió que comprobara que los temas extraídos coincidían con los apuntados en el acta. Respondí que sí y fue cuando me dijo: “Tiene 15 minutos para realizar un esquema de los temas extraídos, recuerde que por orden de extracción”.  Fue cuando di las gracias, y pidiendo la venia al Tribunal, anuncié mi retirada.

En ese momento, antes de emitir esas palabras, mis mejillas seguían estando calientes y mis piernas me sostenían pero estaban flojas y mi corazón latía un poco acelerado.  Antes de retirarme tuve la sensación de que al sentarme en la mesa en la que dejé mis cosas, si la suerte me hubiera sonreído más (al menos hasta el punto de dejarme cantar algún tema ante el Tribunal) lo hubiera conseguido.  Hubiera logrado calmarme lo necesario para poder pensar con claridad, escribir y hablar al micrófono. Lo supe. Aunque no pude comprobarlo.

La Secretaria se sorprendió. Me preguntó si no lo veía defendible y al responder un firme “no”, se lamentó amablemente y se dispuso a apuntar mi DNI para devolvérmelo. Muy humanamente, me preguntó que cuanto llevaba estudiando y me animó y deseó mucha suerte para el próximo año.
Di de nuevo las gracias, las buenas tardes y salí de la sala.

Después del examen.

Salí liberada.
Fui tan mentalizada de que dependía como una marioneta de la suerte, que no me hice mala sangre en ningún momento. Sabía que hice lo que pude, sabía que ese momento era lo que más me asustaba del mundo y sabía que lo había pasado y conocido, aunque no pude decir ni un solo tema.
Salí con una sensación de triunfo dentro de la derrota. Ha sido como si esa experiencia te diera un conocimiento y una fuerza que no sabes que tenías. Te hace descubrir otra parte de ti y en mi caso fue la fuerte, la valiente: esa que se enfrenta al miedo y a lo desconocido pero saca entereza de donde no sabía que existía.

Quizá mi experiencia fue demasiado escasa para poder valorar algo, podríais pensar, porque no canté nada. Y desde luego hubiera sido mucho más provechosa si hubiera podido hacerlo, pero estuve orgullosa de ver que mis nervios no eran incontrolables, de que sentí un ramalazo de esperanza, de fuerza de que eso se puede conseguir incluso sin haber hecho nada más que firmar un examen.
Supe que esa experiencia, el afrontar ese absoluto miedo que da el Tribunal y los temas y el examen oral mismo, me va a servir en un porcentaje altísimo para la próxima convocatoria que procuraré sea la mía.

Por esto, recomiendo encarecidamente y SIEMPRE, presentarse a todos los exámenes. Aunque no te lo sepas. Aunque no confíes en ti. Aunque no lleves NADA.
Vete.  Sea el test, sea el oral. Lo que vives, aunque sea solo firmar un examen vacío, no la vas a encontrar en ninguna otra parte.


Vuestras preguntas.

¿Cómo se gestionan los nervios? ¿Se calman al hacer el esquema?
Como ya he dicho, no canté nada, ni siquiera me senté a hacer el esquema, pero sentí que al terminar de sacar los temas, mis nervios crecientes por tener que declarar que me retiraba, se suavizaban y sentí que si me hubiera sentado a hacer el esquema, no hubiera estado tan nerviosa como me esperaba que iba a estar. Creo que los nervios son normales en estas situaciones y depende de cómo sea cada persona, pero se gestionan solos. Tu mente pone orden a tu cuerpo para que sea capaz de calmarse lo necesario para hacer el esquema y tener claras las ideas dentro de lo posible.

¿Es obligatorio decir “conlavenia”?
La auxiliar cuando informó del protocolo y del procedimiento del examen en ningún momento mencionó que esa formalidad fuera obligatoria pero a todos los opositores nos lo dicen y creo que es lo mejor. Expresarse con educación e incluso formalidad al Tribunal me parece que es lo que pide como mínimo esa situación.

¿Crees que merece la pena ir a ver a gente cantar?
A mí me gustaría aunque va a ser imposible al no vivir en Madrid. Creo que puede ser muy provechoso cómo otros compañeros se expresan, estudian o hacen los esquemas. Te puede aportar nuevas perspectivas y más si puedes ver también la valoración del propio Tribunal a esa exposición. Pero en ningún momento debería tomarse como algo traumático si el Tribunal es exigente con ese opositor que estamos escuchando o al contrario, confiarse ciegamente.

¿Cómo hay que ir vestido?
Yo fui con un vaquero negro, camisa blanca, americana negra y unos botines arreglados que a pesar de tener algo de tacón me resultaban cómodos.  Y alterando ligeramente los colores, eso es lo que más se veía en los demás opositores.
Las chicas con camisa o una blusa que vista, americana y pantalones en la misma línea; todas también iban con zapatos arreglados y con algo de tacón. Los chicos iban de traje, corbata incluida en lo que yo ví.
Creo que sí hay que mantener una estética formal pero sin renunciar a nuestra propia comodidad (que los zapatos no hagan daño o sean muy altos, si el maquillaje te incomoda o nunca sueles hacerlo, no lo hagas el día del examen, etc).

¿Qué temas te han caído?
Fueron, en orden de extracción los siguientes:

Tema 42 Civil. La patria potestad: su evolución. Elementos personales, efectos y extinción. El defensor judicial en relación con la patria potestad. De los alimentos entre parientes: clases de alimentos, personas obligadas a darse alimentos; orden de preferencia; cuantía; exigibilidad y forma de cumplimiento. Extinción de la deuda alimenticia.
Tema 14 Civil. Incumplimiento de la obligación imputable al deudor. El dolo y la culpa. El incumplimiento no imputable al deudor: caso fortuito y fuerza mayor. La mora del deudor. La mora del acreedor. El incumplimiento forzoso de forma específica. El resarcimiento de daños y perjuicios.

Tema 50 Procesal Civil. Los recursos extraordinarios: el recurso por infracción procesal. Características. Resoluciones recurribles. Motivos del recurso. Presupuestos. Competencia. Procedimiento. Consecuencias de la estimación del recurso. El recurso de casación. Características. Resoluciones recurribles. Motivos de recurso. Objeto y efectos del recurso. Competencia. Procedimiento.
Tema 43 Procesal Civil. Los procesos matrimoniales y sus clases. Competencia. Procedimiento: A) de nulidad y de separación y divorcio contenciosos. B) de separación o divorcio de mutuo acuerdo. Eficacia civil de las Resoluciones de los Tribunales eclesiásticos. Medidas Provisionales. Medidas definitivas. Ejecución forzosa de los pronunciamientos sobre medidas.
Tema 14 Procesal Civil. Actos de comunicación judicial. Clases de actos de comunicación con las partes y otros sujetos: notificaciones, emplazamientos, citaciones y requerimientos. Forma de llevar a cabo los actos de comunicación. Actos de comunicación por medios electrónicos, informáticos y similares.

Tema 20 Procesal Penal. La sentencia: estructura y contenido; exhaustividad y motivación. Valoración de la prueba. La presunción de inocencia. El principio «in dubio pro reo». La congruencia.

¿Cuándo hay que descartar las bolas y decirlo al Tribunal? ¿Antes o después del esquema?
Se hace después del esquema. Tras tus 15 minutos, sería el momento de decir las elecciones y comenzar a exponer.

¿Con que sensación sales? ¿Qué es misión imposible o que sí se puede?

No sé cuanta importancia deis a las palabras de una opositora que no ha logrado cantar ningún tema ante el Tribunal, pero esta experiencia  me ha ayudado a darme cuenta de que es posible y perfectamente viable. Eso sí, con mucho esfuerzo, porque es muy difícil. Pero yo he salido con un mensaje muy claro:
SE PUEDE. 




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