Este post está basado en mi propia percepción de la oposición y cómo creo que están repartidas las fases de la misma según como yo la he vivido.
No dudéis en comentarme si creéis que alguna de ellas son "universales".
FASE 0: Motivación desbordante, ilusión de niño.
Es ese momento en el que, pletóricos y llenos de energía y vitalidad, tomamos la decisión de opositar. Y nos emociona e ilusiona el camino al tiempo que, conforme la vamos conociendo, nos asusta un poquito, porque no se parece a nada que hayamos podido hacer antes a lo largo de nuestra vida (el bachiller, al carrera...). Creo que nos da un sentido de responsabilidad y perspectiva del esfuerzo y el autoempeño que quizá, de otro modo, no aprenderíamos o no de forma tan eficaz.
Poco a poco vamos haciéndolos a la rutina de ser opositor, a los temas: su contenido, cómo afrontarlos, a los cantes... Nos sigue pudiendo un poco el miedo ante el aumento de temas o a no hacer bien los cantes pero nuestra ilusión y motivación lo puede todo y también cogemos cada tema nuevo o de repaso con cierto empoderamiento de "¡Me lo voy a comer!"
FASE 1: Con una sonrisa, ya adaptados a la oposición.
Aunque en esta fase no podamos decir que ya seamos todavía expertos en todos los entresijos de la opo, pero ya controlamos, sabemos de qué va. En esta fase, es posible que quizá empiecen pequeños bajones emocionales muy esporádicos (alguno cada mes) ya que aún cumplimos a rajatabla todas las exigencias que conlleva la oposición e incluso las que nosotros mismos nos autoimponemos, pensando que eso nos hará bien. Por eso, es posible que algunas cositas puedan pasar factura en los días más cansados o en los que en ánimo no acompañe plenamente.
Pero a pesar de entrever ya las dificultades que sólo con el tiempo se ven, la sonrisa sigue en nuestro rostro. Es probable que ya llevemos un ritmo constante y más elevado que en la fase 0 en la toma de contacto y a veces, cuando nos topamos con algún tema que no nos gusta, lo ubicamos y ubicamos el sentimiento de desagrado y esfuerzo, pero al instante, aún somos capaces de arremangarnos, sujetarnos el pelo y pelear ese repaso lo mejor posible.
Bajo mi punto de experiencia, creo que es una vez llegada a esta fase y consolidarla, es donde tendríamos que revisar posibles comportamientos tóxicos o contraproducentes en nuestra rutina de estudio para que desde la salud mental de este momento y la energía y motivación que aún conservamos, se pueda fortalecer un ritmo de estudio sano y constante que pueda durar el mayor tiempo posible sin fisuras: ni ténicas ni emocionales.
FASE 2: La rutina nos va comiendo la energía, lentamente, sin darnos mucha cuenta.
Si no hemos hecho cambios conscientes (que no suele hacerse) ante los problemas obvios de exceso de trabajo y oposición tóxica (véase, renunciar algún día de descanso, alargar turnos "para avanzar" aunque ya añamos terminado, exigirnos metas desproporcionadas, restringirnos mucho...), la rutina, de nuevo, inconscientemente, se nos hace un poco pesada.
La sonrisa ya está un poco desdibujada cada vez que tenemos que madrugar, cumplimos de día de preparador o academía al siguiente y volvemos a empezar, empezamos con temas que nos resultan más sencillos o más bonitos porque nos empieza a dar perecilla ese esfuerzo de los temas más densos, aunque los acabemos haciendo....
No digo que en esta fase no siga habiendo cierta motivación pero creo que se nota más como un inicio de "modo automático", puede haber algún bajón más frecuente si se siguen sin solucionar "los efectos secundarios" de la oposición.
FASE 3: Convocatoria y exámen inminente.
Es posible, si coincide en tiempo, que lleguemos a la fase 3 sin cruzar la fase 2, aunque creo que lo normal es al menos picotearla. Y eso se debe a que nos coincida en un tiempo de preparación breve una convocatoria y la oportunidad de presentarse a algún examen de la opo.
Suponiendo que hemos transitado la fase 2, aquí saltan todas las alertas y el estrés se dispara. Creíamos que ya teníamos cierto dominio de la oposición pero es esta fase y la experiencia del primer examen/convocatoria lo que nos falta para convertirnos en opositores veteranos, digamos.
En esta fase nos damos cuenta de que el automático está muy bien para no sentir ni padecer y para que no nos falle la fuerza de voluntad, pero que nos hace estudiar con una mentalidad muy cortoplacists y que los cantes no son para que el prepa nos diga "muy bien, ya nos vemos la próxima semana" sino como un entrenamiento de fondo y a largo plazo para algo mucho más grande.
Vivir esa fase la veo fundamental.
Lo natural, al no llevar mucho tiempo, es que aunque podamos aprobar algún examen, no aprobemos la oposición. Creo que es algo normal y no es para estar triste. Creo que todos alguna vez hemos fantaseado con ser de esas personas que en tiempo record se sacan una oposición, pero, aunque existen esas personas, no son la realidad ni la regla general. Y quizá aquí lo lleguemos a asumir y ya se nos vaya de la cabeza.
FASE 4: Cambios y transformación.
Esta fase post-examen, es la de parar, tomarse unos días y reflexionar. Intentamos procesar la experiencia real con la oposición: te estas preparando para ESE examen, no para ir todas las semanas al preparador. Cambia tu perspectiva del estudio y buscas todos los fallos o pequeñas cosas que se puedan mejorar en tu rutina, en tu filosofía, en el método de estudio...
Puede que los cambios sean pequeñitos a nivel de rutina o más grandes, como fue mi caso, que fue en el momento en el que cambie de preparador.
Esta fase se puede repetir tantas veces como nos presentemos a convocatorias sin aprobar.
FASE 5: Paciencia, perseverancia, valentía y salud mental.
Creo que esta ya es la última fase a la que se puede enfrentar un opositor. A estas alturas, todos le ponemos salud mental a nuestras vidas, a aprender a vivir y opositar al mismo tiempo y no sólo una de las dos para que la monotonía y la rutina (aún dignas de la fase 2) no nos minen demasiado una motivación o una energía ya escasa después de mucho tiempo.
Después esta la versión del opositor que emplea mucha paciencia y perseverancia en su estudio para seguir con la oposición y conseguir la plaza que ansía. Hasta que llegue ese momento, volverá a pasar varias veces por la fase 4 e incluso puede que siga aprendiendo cosas nuevas en esos intentos como deciamos en la fase 3.
La otra versión es la del opositor que, tras una fase 4 muy dura después de invertir mucha paciencia y perseverancia, decide dejar la oposición. Y es ahí donde se necesita toda la valentía de la que dispones porque, normalmente, se termina priorizando la salud mental a la plaza.
Pero no penséis que el opositor que eligió en la fase 5 la valentía, no pueda (si así lo considera) volver a retomarlo con el tiempo incluso desde la fase 1, con todos sus pros y conociendo ya de primera mano todos su contras.
La vida es cíclica y, aún sin ser la misma persona, podemos volver a vivir fases repetidas.
No está mal cambiar de opinión o de parecer. La verdad absoluta no existe porque es un constante construirte y deconstruirte. Si nunca nos deconstruimos, nunca nos reciclamos y ahí sí, seguimos siendo la misma persona una y otra vez.
Es lícito cambiar de opinión y de parecer siempre en coherencia y sintonía con nosostros mismos.
Con cariño, @laj.opo.
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